En la segunda etapa (integrado en la clase) se les va introduciendo paulatinamente los conceptos técnicos más sencillos de practicar y desarrollar los sentidos, los espacios y el saberse ubicar.
Para los niños de edades entre 6 y 9 años los trabajos de Aikido suelen ser de comportamiento, respiración, concentración y relajación 50% y el otro 50% será desplazamientos, caídas, juegos y unas pocas técnicas adaptadas.
A partir de los 10 años se les proporciona conceptos y prácticas más avanzadas y se les instruye más activamente en normas de comportamiento dentro del tatami y las clases, se orientan técnicamente.
Niños con ligera disminución de los sentidos de la vista y el oído no suelen tener problemas en asimilar correctamente la técnica y la práctica.
En caso de una disminución psíquica o física acentuada es aconsejable mantener una entrevista con los doctores y tutores que estén a cargo del niño y/o psicóloga del centro.
En los niños el Aikido supone hacer una serie de ejercicios para el desarrollo muscular y además esta educación física proporciona el auto-conocimiento del propio cuerpo y respeto por el mismo, elementos que son de mucha importancia.
Para ello es imprescindible reconocer los propios límites y reconocer el estado en el que se encuentra en todo momento a través del conocimiento de la propia respiración.
Les lleva a una postura correcta de su cuerpo y al respeto también del cuerpo del compañero.
Es una práctica progresiva y constante sin actitudes frustrantes para mantener limpio el entorno infantil.
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